
Amadísima Virgen de la Inmaculada Concepción, Reina y Madre de Ecuador
Con humildad y fervor, elevamos nuestras voces a Ti, en este momento de necesidad. Tú que fuiste preservada de toda mancha de pecado, y concebiste en tu vientre al Príncipe de la Paz, escucha nuestras súplicas por nuestra amada patria.
Ecuador, tierra de volcanes y selvas, de costa y sierra, enfrenta desafíos que amenazan la armonía y la unidad de sus hijos. Te rogamos, Madre Santísima, intercede ante tu Divino Hijo, para que derrame su gracia sobre nuestra nación.
Madre Inmaculada, te pedimos que inspires a nuestros líderes con sabiduría y justicia, para que guíen a nuestro país por caminos de diálogo, entendimiento y progreso. Ilumina sus mentes y corazones, para que busquen el bien común por encima de intereses personales o partidistas.
Virgen Santísima, protege a nuestras familias, fortalece los lazos de amor y unidad entre padres, hijos y hermanos. Que en cada hogar ecuatoriano reine la paz, la alegría y la prosperidad.
Madre Inmaculada, te suplicamos que sanes las heridas de nuestro pasado, que cierres las brechas de desigualdad y que nos ayudes a construir una sociedad más justa, fraterna y solidaria.
Reina de la Paz, te imploramos que alejes de nuestro territorio toda forma de violencia, corrupción y crimen. Que la luz de tu amor disipe las tinieblas del odio y la discordia, y que la paz de Cristo reine en cada rincón de Ecuador.
Oh, Madre Inmaculada, consuelo de los afligidos y refugio de los pecadores, escucha nuestras oraciones y acógenos bajo tu manto protector. Confiamos en tu poderosa intercesión, y sabemos que con tu ayuda, Ecuador encontrará el camino hacia la paz, la prosperidad y la felicidad.